martes, 9 de diciembre de 2025

EL QUINTO: ¡NO MATAR!

Por: Miguel Godos Curay

La vida arrebatada no tiene precio. El crimen es un acto brutal que solaza a las bestias. Duelen profundamente en el alma la alevosía y la premeditación. El arrancar la vida ajena arteramente sin remordimiento de conciencia. Somos criaturas respetuosas de la vida ajena desde su forma elemental. El aborto practicado como deporte tras la inaudita y lasciva perversidad es la consagración de la muerte vendida en las farmacias como caramelos de menta. La vida es un don irrepetible. Resuena en las profundidades de la conciencia el quinto mandamiento: ¡No matarás! (Ex 20,13)


Mi abuela amaba la vida como a sí misma. Le dolía la tristeza del gallo viejo en su corral poco antes de morir por ser el reloj puntual de su existencia. Sentía por su cresta y quiquiriquí una secreta devoción. El canto puntual del despertar en las mañanas justo al sonar las campanas del reloj de la torre de San Francisco de Paita. La muerte del señor de cresta no tenía palabras sino silencio con lágrimas en los ojos de la memoriosa vieja.

La vida para esa madre irrepetible era don de Dios. La perfección natural en todos sus extremos. La razón de la existencia que no puede ser arrebatada por nadie. La sabiduría de la abuela era el aliento humano de todas sus convicciones y creencias. Cuando apareció la televisión en blanco y negro con esas series de pistoleros asesinos sintió ese progreso tecnológico como una bofetada en el alma. Algo así como la escuela del crimen puesta a los ojos de todos. Así se empieza, advertía. Mañana, no nos duela esa escuela cotidiana de maldad. Lo que se muestra a los ojos de todos no tarda en convertirse en válvula de escape diario. El cine crea y recrea acontecimientos con artificio. Repite su lección con más persistencia que la predica de un maestro.

El orden en la vida ciudadana repetía, esa vieja querendona, nace de la plena vigencia de la ley. Primero la ley de Dios, después la ley humana. Sin leyes cunde el desorden y se vulneran los Derechos Humanos. El orden y el respeto a la autoridad paterna y materna es ingrediente del respeto familiar. Este se traslada al círculo de respeto a la sociedad humana en general. Solo así es posible la convivencia en cada nación. Por eso, cada estado –la organización política de la nación- se gobierna con principios iguales de bien y de justicia.

Elemento fundamental es el respeto, por eso se descalifica ejemplarmente a quienes lo transgreden. Sin este orden pertinente es imposible el bien común. El buen trato y el rechazo a todas las formas de abuso, intolerancia y agravio. De ahí la importancia del civismo, el orden y la buena educación en el seno de la familia. La familia educa con valores y la escuela enseña con conocimientos y despliegue de habilidades. De modo que no atribuyamos a la escuela la carencia de valores que surgen de la institución familiar. La familia es la sociedad de padres e hijos y otros integrantes del núcleo familiar que viven bajo el mismo techo. La familia, en buena cuenta, es una diminuta sociedad organizada en donde se activa la economía con los esfuerzos y provisiones del padre, la madre y los hijos. El cuidado y protección es un atributo de la madre. La atención a los adultos mayores es una obligación y la satisfacción en lo posible de las urgentes necesidades de la prole. La frase “todos somos uno y uno somos todos” tiene la profunda significación. A pesar de las diferencias prevalece la unidad y el bien común.

El mandato de Dios es explícito: “No matarás” (Ex 20,13). La muerte premeditada producto de la agresión criminal es una violación de la intangibilidad humana y una ofensa a Dios pues todo ser humano es sagrado. En este extremo Dios se erige en vengador de la sangre vertida (Gen 5s) y pedirá cuentas incluso con la sangre de los culpables. El día del ocaso ya está escrito. (Is 63,1-6). No se piense que los asesinos tienen la conciencia tranquila. Son tan responsables como los ejecutores intelectuales del crimen. A no ser por perturbaciones psíquicas insuperables se sumergen en una aparente impunidad. La vida se sustrae a los efectos devastadores de una maldición inagotable. Lo pagas tú o algún miembro de tu familia.

Muchas veces este reclamo se reconcentra en los que más quieres. No es historia reciente. Es la vida misma hablando por boca ajena. Tarde o temprano se cumple con desasosiego incontenible. El desconcierto moral convierte en olla de grillos la conciencia. Nunca el mal paga con bien. Nunca lo que se gana con el dolor ajeno acarrea felicidad y bendiciones. Es la infelicidad a cuestas. Las trece monedas perforaron la conciencia de Judas. No le quedó otra salida al remordimiento que colgarse de la higuera maldita. No hay peor muerte que la del desalmado que dejó huérfanos y sin lágrimas a los ojos de una madre.

Piura siempre fue apacible y ordenada. Los acontecimientos sangrientos eran delito de bandoleros salteadores de caminos a bala perdida. Hoy son premeditación alevosa. Por eso perturban la paz y la calma. Cuando el delito campea hay que aplicar la ley. La angustia periclita entre el combatir el delito y la indiferencia de las instituciones. La ciudadanía requiere con firmeza: acción y decisión. No somos el “lejano oeste”. Acabar con el crimen y la impunidad de los sicarios requiere autoridad y energía. No podemos continuar desangrándonos. No somos un pueblo sin ley.

El delito y el crimen agravian a las mayorías. Ahuyentan la inversión y el progreso activador de la economía y empleo. No podemos cruzarnos de brazos indiferentes ante esta terrible amenaza denominada inseguridad ciudadana. Analizar el problema requiere paciente lectura. El narcotráfico ha sentado sus reales en Piura. Narcos internacionales embarcan toneladas de cocaína en los contenedores de exportación de bananos, mangos, arándanos y uvas. Paita es una ventana abierta a los cárteles que proveen cocaína a Europa. La droga es trasladada al puerto de embarque desde los centros de producción en el centro y oriente perua no. El embarque en altamar es una nueva modalidad detectada por la policía.

Otro factor es la corrupción que dilapida recursos públicos. Obras deficientes, la repartija de presupuestos inflados, el desprestigio de las empresas constructoras no nos hace bien. Es el robo descarado que indigna y deforma las instituciones que convierten el bien común, en el botín común. Otro factor que favorece el delito es la migración ilegal dedicada a la trata de personas y al sicariato o -homicidio por encargo- sancionado en el Código Penal Modificado y Ley 32468 con no menos de treinta años de cárcel o cadena perpetua, si se involucra a menores de edad o se usa armas de guerra. Las mafias han puesto sus ojos sobre el comercio exitoso y la prosperidad de la minería ilegal. De los créditos “gota a gota” informales se ha dado paso al homicidio en la puerta. Por respeto a los ciudadanos requerimos responsabilidad, firmeza y coraje frente a la impunidad del delito y el crimen.

viernes, 28 de noviembre de 2025

INCONDUCTA POLÍTICA Y RECLAMO CIUDADANO

Por: José Miguel Godos Curay

                                  Piura, exige respeto por parte de sus gobernantes. Ni el grito ni el fisco artero.

Las rabietas y la inconducta de los políticos son como las bromas de mal gusto: la grosería en la punta de la lengua. La inaudita procacidad de las bestias. Y cuando se refieren a obras públicas, la justificación de lo injustificable. De estos denuestos debe tomar debida cuenta la Contraloría pues cuando el río suena piedras trae. Las obras públicas se ejecutan y financian con dineros del Estado y su propósito inmediato es el beneficio de la comunidad. Aceras, pistas y veredas, escuelas, hospitales, mercados están en el elenco de las obras públicas visibles. Por eso el gobernante y sus funcionarios son directamente responsables de lo que bien o mal hacen en su ejecución y funcionamiento público.

Nada sale del bolsillo del gobernador ni de los alcaldes. Se trata de dineros públicos invertidos por el bien de todos. No es un botín de pervertidos malos funcionarios y servidores públicos que engordan con el favorecimiento indebido, la cutra y el robo descarado. Finalmente acaban entre rejas como soñas en jaula. Las autoridades en ejercicio deben a los ciudadanos sin distingo de ninguna clase: educación y respeto. Dignidad y decoro en su conducta. No se piense equívocamente que la grosería sintoniza con la razón. Sólo en el paraíso de los truhanes, sinvergüenzas, bribones y pícaros el grito y la sinrazón tienen nombre propio.  La respuesta torpe es el balbucear emocional de los hampones. Nunca la inteligencia de las razones.

La irritación del político es como el culo del bebé cuando no lo cambian de pañales. De modo que este estilo procaz y altanero de irritarse y vociferar en público no adorna al gobernante. Este es un estilo antidemocrático por donde se le mire.  Es producto de la obcecación y la ignorancia política. Es la afloración de la mala educación en el hogar y en la familia en donde anidan el mal gusto y las soterradas frustraciones.

Piura, cuya antigüedad y nobleza, no es de ayer, merece un trato educado y respetuoso.  La procacidad de las tribunas no es una respuesta lógica y coherente frente al reclamo legítimo y justo. No se puede con el jarabe de lengua, la publicidad sórdida y estridente ocultar lo inocultable. Una demolición apresurada de las principales arterias de la ciudad sin comienzo ni final, con claro perjuicio al comercio, no es una demostración de la agilidad de los constructores sino la consecuencia inmediata de obras inconsistentes sin pies ni cabeza. Con deficiencias insuperables: falta de planificación, ausencia de estudios serios poco o nada se puede hacer por Piura. La celeridad con freno en seco es la indeleble señal de lo mal que se hacen las cosas.

Por esta razón, es necesario y conveniente, que los Colegios profesionales de Ingenieros y Arquitectos, corporaciones de profesionales y las partes afectadas emitan sus opiniones. La paralización de las obras importa incremento de los costos y una retahíla de presupuestos adicionales que encarece los costos de las obras. Preocupante resulta que en el escenario de la demolición no se hayan colocado los carteles indicando los montos de inversión, inicio y culminación de las obras.  Información más importante y trascendente que los ladridos del perro de la vecina. Las demandas de los ciudadanos son reclamos legítimos que no pueden se desoídos por la Contraloría y el Ministerio Público.

Los piuranos exigen y esperan respuestas consistentes no jarabes de lengua y entusiasmos repentinos en las redes sociales. Como se ha podido observar muchas veces lo que se exhibe como logros por sus deficiencias son fiascos descarados. Si persiste la indiferencia de los gobernantes ya es hora que un Frente Cívico plural exija lo que a Piura le corresponde por justicia y por derecho. No es la primera vez que se invoca a los piuranos ponerse de pie en defensa de sus derechos. Tienen que hacerlo ante la ausencia de una respuesta de autoridades indiferentes distraídas por el fandango político electorero. Piura, se merece una respuesta responsable de sus gobernantes. Los gritos y peroratas de tribuna no dejan de ser el alarido cuando algo no anda bien. Ergo corresponde a la Contraloría y al Ministerio Público una intervención inmediata en defensa de los derechos ciudadanos. No hacerlo es una inexcusable omisión.

EL LEGADO CULTURAL DE GERARDO CHÁVEZ

Por: Miguel Godos Curay

                           Gerardo Chávez López (Trujillo,16.11.1937-22.06.2025) 
                           Foto Josip Curich.

Nuevamente, en el día de su cumpleaños, abrió sus puertas el Museo de Arte de Trujillo del maestro Gerardo Chávez López (Trujillo,16.11.1937- Trujillo, 22.06.2025). El museo de una hectárea aproximadamente está ubicado en la prolongación de la avenida Villarreal en el camino a Laredo. La iniciativa póstuma del maestro es un valioso tesoro cultural. No sólo exhibe una colección arqueológica de ceramios sino lo más valioso de la producción pictórica de su hermano Ángel Chávez y su producción personal. Un valioso legado del arte contemporáneo del Perú. Impresionante es la galería. La capilla es una síntesis del arte religioso colonial y popular del Perú. Otra de sus iniciativas en el centro de la ciudad es el Museo del Juguete.

Gerardo Chávez es uno de los más destacados pintores peruanos contemporáneos. Gerardo, partió el pasado domingo 23 de junio a los 87 años. Gracias a su iniciativa se crearon el Museo del Juguete y el Museo de Arte moderno de Trujillo que reúne su colección pictórica personal. Su ausencia se sumó a la de Mario Vargas Llosa el 13 de abril del presente año. El 2022 en la Serie Narrativa Hispánica de Editorial Alfaguara Gerardo con vuelo premonitorio publicó:  Antes del Olvido (Memorias). Un pormenorizado itinerario de su existencia y formación pictórica.

Recuerdos, en carne viva, de su periplo vital en Trujillo, Lima, Florencia y París. Se trata de escritos a vuelapluma con muchos recuerdos de personajes y actores de la historia reciente: el Che, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre. Los paisanos Alberto Guzmán, Raúl Bernuy, Jorge Piqueras, Alfredo Bryce, Julio Ramón Ribeyro y Manuel Scorza. Luis de la Puente Uceda, fundador del Apra Rebelde inspiración de su oleo la Estrella del Amanecer, cuadro de gran formato con el que participó en la Bienal de Venecia. De la Puente muerto el 23.10.1965   era un vivo vínculo de sangre con Santiago de Chuco y Trujillo: la patria vieja.

Vargas Llosa (Lima ,1978) anota su testimonio personal sobre el artista: “Es un hombre sólidamente asentado sobre la tierra firme, con raíces en las cosas y unos sentidos ávidos de realidad. El mundo que ha creado con sus pinceles, sin embargo, es todo imaginación, sensibilidad, poesía, y, como lo sugieren los títulos delicados y risueños que pone a veces a sus cuadros, viene enteramente de ese sueño de la razón que, según dijo Goya, engendra monstruos. Lo turbador de los monstruos de Chávez es que, a diferencia de aquellos que crearon sus remotos maestros flamencos, El Bosco o Brueghel, y que pintan el infierno y los demonios, ellos no nos espantan, más bien, despiertan nuestra solidaridad y nos enternecen”.

Pocos artistas, como él, llevan la tierra en las venas. Con sensible intimidad confiesa Gerardo: “También te recuerdo a ti Paiján, pueblito del Norte, parque frutal de mi niñez, de tus cuentos de medianoche, de tu heráldico diablo a caballo blanco, arrasando de fuego sus calles de silencio.” Es una añoranza de la santa tierra poblada de recuerdos y vivencias trujillanas. Según su confesión: “Yo poseía la memoria de la piel. Yo vivía con la cabeza llena de imágenes, olores, sensaciones. Cada momento tenía su olor; cada hora del día, una luz que proyectaba su sombra un universo de formas indefinidas”. Como advierte en tono alucinado: “Mi vida era sensorial”.

A los catorce años asumió como propósito existencial ser pintor como su hermano Ángel Chávez. Por eso viajó a Lima. Gracias a Ángel sintió el aroma de la linaza y la trementina, los pigmentos, brochas y pinceles en el taller. Según su testimonio fueron experiencias inolvidables el conocer a Sérvulo Gutiérrez pintor bohemio, cuyas falsificaciones de huacos eran más valoradas que sus pinturas y a Víctor Humareda en cuya habitación lucía en un tendal un calzón y un brasier que decía pertenecían el primero a Marilyn Monroe y el segundo Brigitte Bardot. Con su descuajeringado saco y su sombrerito tongo Humareda era como un niño travieso y juguetón. El 22 de junio pasado partió sin avisar. El maestro dejó su indeleble huella sobre la tierra en la que vio la luz primera y sonrió con esa espontaneidad infantil nunca perdida en la que el tiempo esencial nunca se detiene saboreando la eternidad.

A los 16 años inició Gerardo sus estudios en la Escuela de Bellas Artes y para mantenerse se convirtió en vendedor y profesor de dibujo. “Como un poseído doy vueltas a mis ideas esperando atacar lo que mañana tal vez podría ser un cuadro, no sé, lo cierto es que me muerdo en el silencio tratando de organizar armoniosamente mis propios fantasmas”. Su universo creativo es impresionante son criaturas de un mundo imaginario lleno de vitalidad.

Desde mis tiempos de trabajo periodístico en la redacción de Correo tengo una xilografía de Gerardo Chávez según anotación de su autor “Cara del amor, cara de la muerte” pertenece a ese ciclo extraordinario de intensa creatividad. Me la dio Gilberto Zapata cineasta y productor de un documental sobre el artista. Aún la guardo en mi dormitorio. Cuando don Domingo Seminario Urrutia me mostró su valiosa colección de óleos de Macedonio La Torre mencionó a Chávez como uno de los brillantes artistas de Trujillo con el manejo audaz de grandes formatos exentos de convencionalidad. Hice la promesa personal de buscar muestras de este ciclo creativo en ebullición en Lima y Trujillo. Chávez en aquel tiempo vivía en París y su prestigio daba la vuelta al mundo. Una edición especial mostraba sus cuadros de gran formato en Lima y Trujillo pude conocer su itinerario de propuestas y creaciones. Lo conocí finalmente en Trujillo en donde me dio noticias del escultor piurano Alberto Guzmán que vivía en París.

Lo pude admirar en la galería de arte de la Municipalidad de Lima. Nos fascinó su museo del juguete para el que me encargaron adquirir en Catacaos algunos maromeros. Los que desaparecieron arrinconados por estereotipos chinos que inundan la calle Comercio de Catacaos. Ya no hay mates burilados arte cultivado por Ramos. Lo poco valioso que existe está en el taller de Oscar Aquino.  Chávez adquirió una dimensión universal en Europa en donde fue discípulo del maestro chileno Roberto Matta. Según confiesa, allá por 1962, Matta le dijo: “¡Roma es una provincia, Vente a París!”  “Salimos de nuestros países como analfabetos. En Roma te dedicarás a comer buena pasta, pero en París tendrás museos, libros de arte y poesía hasta en los bulevares”.

“Matta, cambió el rumbo de mi vida”. En París, encontró a otros peruanos como Haya de la Torre, Julio Ramón Ribeyro, Alfredo Bryce, Manuel Scorza, Jorge Piqueras, Emilio Rodríguez Larraín, al paiteño Alberto Guzmán que recordaba a su abuela con su hato de cabras recorriendo el tablazo de Talara. Las cabras proveían leche deliciosa y queso.  En París emprendió la lectura de los surrealistas como Rimbaud, Paul Éluard, César Moro venido de Lima y André Breton. Vargas Llosa con sinceridad proverbial había publicado La ciudad y los perros.

A este ciclo vigoroso corresponde su serie de diez cuadros de gran formato denominados Mitología del futuro a la inauguración de la muestra acudió entusiasta el maestro Matta. En un aparte de la muestra, refiere, me cogió del brazo y me dijo: “Estoy contento. Has encontrado el verbo, ahora hay que conjugarlo”. Un llamado a la búsqueda y a la creación por un camino hondo, personal. Este ciclo se tornó luego en una búsqueda personal de la monocromía de la tierra, el mundo de la papa durante dos meses se dedicó a trabajar un cuadro de gran formato denominado El otro Ekeko cargado de amuletos y juguetes. Según evoca decidió pintarlo como un cíclope bueno con toda la energía del mito y las ganas de vivir mientras el Perú se desangraba en medio de la violencia del terrorismo.

Posteriormente se dedicó a pintar caballitos blancos en homenaje a su hijo Gerardo. Este acto de gratitud se convirtió en la producción copiosa de ciento treinta cuadros en una década de inusitado vigor productivo y éxito económico. A esta etapa corresponde la adquisición de una casona antigua de Trujillo que se convirtió en el Museo del Juguete Antiguo y un terreno de cinco mil metros donde inauguró el Museo de Arte Moderno. Una de sus desgarradoras experiencias fue la muerte de su hermano Ángel consecuencia de un cáncer avanzado. “Te dejaste envolver como el niño que jugaba al muerto. Así fue, Angelito. Poco a poco tu sueño se fue apagando. Y te fuiste con tu linda bufanda roja cuello, de tu color preferido.”

Posteriormente, ya en el Perú, emprendió un proyecto inspirado en las multitudinarias procesiones limeñas del Señor de los Milagros titulado “La procesión de la papa”. Para ello utilizó los tradicionales costales de yute cosidos con pitas de soguilla. Los paneles enormes se cubrieron con tierra traída de Ayacucho, Otuzco, Huamachuco, de la sierra liberteña y Lima. Los seis cuadros con diversos matices y texturas presentan diversas escenas de las festividades patronales. El esplendor de los castillos y cohetes, la vaca loca que persiguen los niños y muchachos. Las multitudes acompañando con devoción a la personificación patente de Dios de la vida y la existencia.

Una de sus sorprendentes iniciativas fue el Museo del Juguete. Surgido en el corazón de Trujillo para lo que adquirió una antigua casona que restauró totalmente conservando el valor patrimonial del centro de Trujillo. Utilizando adobe, quincha, carrizo y yeso.  El local fue inaugurado con el nombre de “Museo del Juguete Angelmira”, en honor a la dueña de la casa y en alusión poética a Ángel, el hermano ausente. Gracias a Mariana de Orbegoso, Cecilia Mannucci y Ricardo Rey se reunieron juguetes confeccionados después de los años sesenta. La respuesta fue inmediata. Aparecieron juguetes artesanales pintados a mano, primorosas muñecas de género y coloridos retazos de tela, ollitas de barro y sonajas andinas. Este museo es un homenaje a la fantasía de los niños, al descubrimiento del impulso creativo. Los juguetes despiertan la imaginación de los pequeños los celulares la adormecen. Cuando un niño observa un trompo descubre con asombro la luz, el color y el sonido. Se adentra en los linderos asombrosos de la ciencia.

La otra iniciativa: El Museo de Arte Moderno de Trujillo que ocupa más de una hectárea fue diseñado por el arquitecto Ricardo Morales con la idea disponer de disponer de un espacio con mucha luz natural indirecta que no afecte las obras. Ahí se exhiben cuadros de Ángel y Gerardo Chávez. Así como obras de Roberto Matta, Wilfredo Lam, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, José Luis Cuevas, Francisco Toledo y Joaquín Torres García entre los más importantes. Este museo es un homenaje a tantos artistas anónimos que nutren la extraordinaria grandeza del arte nacional y muestran el profundo significado de la educación para el país. Como anota: “Vida y muerte son para mí la misma cosa. El hombre está solo, pero es en soledad cuando descubre la belleza. Me reconozco en ese niño que fui. Me acerco a él con una especie de amor; juego con él, pinto con él y juntos vamos cerrando el círculo”. En Trujillo nació Dios dice la letra de Alcides Carreño. Nosotros añadimos y también  artistas inolvidables como Ángel y Gerardo Chávez.  

 

  

sábado, 1 de noviembre de 2025

TODOS LOS SANTOS, TODOS LOS DIFUNTOS

Las tradicionales velaciones congregan multitudes en los cementerios de toda la región

Por: Miguel Godos Curay

Siempre los 1 y 2 de noviembre fueron apoteósicas remembranzas de los ausentes. En Piura, en Paita, en Sullana en Santo Domingo de Morropón. En cada rincón de Piura se recuerda con el corazón y con la mente a los ausentes. No se trata de un rito puntual en las capillas de los camposantos sino de una presencia, toda la madrugada, frente a las tumbas con paquetes interminables de velas y hatos de oraciones por los angelitos y las animas benditas. Junto a los ritos cristianos brotan de los hornos tradicionales las roscas de muerto, muertos cubiertos con clara de huevo y coloridos angelitos de piña y camote envueltos en papel cometa, alfajores, empanadas, cocaditas y panecillos de dulce. Noviembre empezaba con coronas de satén y hojuelas verdes de cartón y pintura. Los tacaños recurrían al artificio de coronas de flores de hojalata eternas y descoloridas.

La feria tradicional se vive en los cementerios en Santo Domingo se vela. Las velaciones son ese reencuentro con los fallecidos, se bebe café de olleta en cantidades potables todo se comparte los panecillos con queso y las roscas. La celebración es un compartir gigantesco, se pintan los nichos y se refrescan con esmalte los nombres de los difuntos. Mis abuelos llevaban un inventario memorioso de sus muertos: José de la Rosa, Abraham, Marcelina, Isabel, Petrona, Miguel, Rebeca, Roberto en una relación interminable. Para ellos coronas de flores y muchos ruegos. El mundo de los vivos recurre en todo momento a los muertos protectores.

Al filo de la madrugada se desgranan las historias, se hilvana un ato de recuerdos, el historial de la familia el mandato de la tradición y el recuerdo. Las velas de cera por mandato de  la modernidad  son reemplazadas por asépticos focos que no lagrimean en la madrugada. Los bombillos encendidos convierten en un gigantesca panal iluminado los cuarteles de los camposantos. En Paita, la noche en vela, se reconfortaba con un nutritivo caldo de pescado con ají y limón. Al mediodía el tradicional picante con la familia reunida. Legiones de rezadores se reparten los cementerios este día se las rebuscan rezando con su personal rosarios interminables.

A los que partieron en lugares ignotos se les corona en la cruz mayor que este día reúne numerosas ofrendas. Piura, preserva sus tradiciones, los cementerios permanecen abiertos toda la madrugada familias completas pasan la noche junto a sus deudos. Frente a las escasez de las flores naturales se recurre a las primorosas coronas de satén elaboradas con bolillos en moldes de yeso. El primor está en el fino acabado. Hoy esta arte tradicional compite con los ramos de flores baratos venidos de China que se expande en los mercados. Los primogénitos en todas las familias persisten en la tradición es una obligación congénita ineludible. Una deuda con el legado familiar.

Las velaciones son una especie de reencuentro con los viajeros al más allá. Antes los cementerios se erigían en las naves de las iglesias, posteriormente se utilizaron los linderos hasta que en el reinado de Carlos III (1759-1788) se dispuso por severas medidas sanitarias se edificaran camposantos o cementerios en lugares apartados de las ciudades, ventilados y ordenados.  Tradicionalmente las sepulturas estaban en el suelo, luego se recurrió a galerías de nichos pero los pobres  eran sepultados en las fosas comunes para los indigentes. En Piura, persiste un culto  antiguo a las ánimas benditas  protectoras  cuyas cruces abundan en los filos de las carreteras que lucen sus cruces.  En el camino a Huancabamba, cerca al kilómetro 55, se venera con exquisita devoción al soldado desconocido   y en Chulucanas  en cuencos con harina se encienden cigarrillos de tabaco aromático en el nicho de “La Turquita” una gitana muerta en esta tierra cuya protección eficaz surte efecto entre jóvenes enamorados y amantes de erótica desbocada. Los camioneros que suben a las alturas de Morropón, Frías y Ayabaca  tienen sus cruces  y animitas protectoras, muchos dicen, que evitan que un sueño repentino se convierta  en un  rodar por un precipicio.

Durante mis tiempos de redactor de diario conservaba entre mis libretas y libros, la boina, tejida probablemente por su madre de un prófugo fugitivo del penal de San Miguel. El reo recibió un proyectil en la espalda cuando se asomaba por un túnel en las inmediaciones del penal. Junto con el reportero quedamos conmocionados, se trataba de un reo joven, que llevaba en el pecho un cuadro del Cautivo de Ayabaca perforado por el proyectil.  Cada rincón ignoto de Piura rinde  veneración a los ausentes, el café retinto tiene el color de la noche y el esplendor de las luciérnagas ilumina los recuerdos. Algunos las llaman “ojos del muerto” pues aparecen  durante la noche constelada de noviembre  para recordarnos el sentido genuino del morir.

El poeta Jorge Manrique (1440-1479) en la Coplas por la muerte de su padre nos recuerda con verso exquisito este final de película que nos toca vivir inevitablemente a todos: “Nuestras vidas son los ríos/que van a dar en la mar,/que es el morir;/allí van los señoríos /derechos a se acabar/allí los ríos caudales,/allí los otros medianos /e más chicos; /i llegados, son iguales/los que viven por sus manos/e los ricos. El último Conde de las Lagunas Don Gaspar Vásquez de Velasco y de la Puente, nacido en Lima en 1802 fallecido en Piura en 1847, según anotan las crónicas no pudo soportar el mal decir de un libelo difamatorio que circuló en Piura con la denominación “Gasparito en miniatura” y presa de indignación por el denuesto se fue irremediablemente. Está sepultado en una hornacina de la cripta  de don Teodoro de los Santos Fernández y Paredes del cementerio  San Teodoro.

viernes, 31 de octubre de 2025

OSCAR AQUINO LOS ATRIBUTOS DE LA CREACIÓN

Oscar Aquino Ipanaqué un maestro de las formas y la creatividad.

Por: Miguel Godos Curay

Es un privilegio mayor aprender la técnica escultórica del maestro Oscar Aquino Ipanaqué en los talleres de arte de Instituto de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de Piura. El maestro enseña con el ejemplo. Su trayectoria despierta y abre los ojos de los jóvenes creadores y los deslumbra. Siempre hemos pensado y pensamos que la universidad es el recinto de la inteligencia. De los que saben, de los que enseñan y los que aprenden. Aquino, con su proverbial sencillez, su nobleza de corazón es una viva demostración de lo que necesita el Perú sacudido por la violencia y la desolación.

Aquino, es una viva esperanza del Perú que crea con legítimo orgullo y nobleza. Lleva el arte en la sangre y en su viva inteligencia. No pierde el tiempo y su integridad de maestro y de artista es la mejor lección para sus discípulos. Las formas de las cortezas   de cedro amargo, palo santo, algarrobo y zapotes se transforman en sus manos creadoras. Sus creaciones tienen como apremio vocación de universalidad. No es casual que sus madres, chicheras, campesinos, santeros y bailarines de tonderos y marineras rezuman proyecciones de forma y belleza para transformar el paisaje de nuestros villorrios y pueblos. La proyección para lo grandioso la crea y recrea Oscar Aquino en cada una de sus piezas.

Oscar Aquino, a sus 67 tiene una trayectoria de reconocimientos impresionante: ocupó el primer lugar en el concurso nacional "Peruanos que suman" del diario El Comercio, compitiendo y superando a casi un centenar de destacados maestros de todo el país. Hace algunos días recibió la Medalla de Honor del Colegio de Profesores del Perú por su valiosa trayectoria como docente y escultor. Según la crítica -el maestro Oscar Aquino Ipanaqué- es el único piurano en recibir esta alta distinción. Aquino es considerado un genio piurano del bicentenario. Pese a haber recibido reconocimientos el maestro preserva su generosidad y sencillez con sus discípulos.

En una ocasión entrevistando a Oswaldo Guayasamín en el salón del Hotel Esmeralda, a propósito de la construcción de la Capilla del Hombre en Quito, me advirtió, que con tanto capital humano valioso preferimos con enfermo exotismo lo foráneo ajeno deleznable y abandonábamos la arcilla, la piedra y nuestras maderas que tienen vocación de eternidad. Necesitamos, predica Aquino, arte en las escuelas y en los pueblos destruidos por la deplorable ingeniería que destruye nuestras ciudades. La modernidad pasmosa destruye los paisajes naturales y los convierte en insoportables laberintos de hierro despojados de naturalidad.

Urge rescatar el arte que inspira la enseñanza diaria a los estudiantes. Hay que llenar las ciudades de esculturas y murales que hablan sin palabras mientras los gobiernos locales sucumben por el cemento que derriba árboles y desconecta a los pueblos de su paisaje natural. Visitar el taller del maestro en el jirón Arequipa de Catacaos es descubrir las manos del artista creador tallando la madera con gubias y martillos. La madera cobra vida y se transforma, su arte crea y recrea, su taller tiene las puertas abiertas a quienes deseen aprender fiel a su arraigo y tradición familiar.

En el taller como en el aula la escena se inunda de pasión por la belleza. Las manos y la inteligencia fluyen para dar vida a las formas y proporciones. Jubilado ya en la tarea docente su taller sigue siendo aula abierta en donde los inquietos churres de la cuadra lo contemplan trabajar. Es una forma de educar haciendo. Las acciones se abren paso a las palabras y a sus personales inquietudes en las trajinadas calles y callejones de Catacaos.

Oscar Aquino es un artista esencial. Pertenece a esa memorable legión de artistas de la estirpe de los alfares de Simbilá, los tejedores de esos sombreros de paja toquilla que salidos de esta bendita tierra eran comerciados en el mundo como Panamá-Hat, de esas sabias taberneras que elaboraron para el Inca la más sabrosa chicha de la que se tiene noticia en el norte del Perú. O de esos joyeros con sus primorosas dormilonas y zarcillos para el cofre de alguna princesa mora. Hace poco una legión de turistas que visitan Catacaos buscaban su taller o algún museo que muestre sus piezas. Muchas recorren el mundo en los cinco continentes por aquello que mientras trajinas el mundo eres imperceptible en tu casa.

Nos regocijamos con legítimo orgullo por los logros y conquistas del maestro. Hoy lo acoge con acierto la Universidad Nacional de Piura. El alma mater de la inteligencia piurana debe abrir sus puertas a este legado centenario que urge rescatar del olvido. La cerámica, los mates burilados, la escultura, la pintura y la santería son múltiples expresiones de la cultura popular que urge rescatar.  Aquino, es un ejemplo, un derroche de inteligencia y bonhomía. Los devotos del Cautivo de Ayabaca le agradecen las efigies que preservan con devoción. Este es el atributo más valioso de un artista popular el saber penetrar en los sentimientos del pueblo.

El maestro tiene la virtud de despertar en sus alumnos una curiosidad inagotable y amor por la belleza. Tarea complicada en el mundo de la enseñanza en donde se repite lo que se lee. El artista interpreta  y crea con las intensas profundidades de su insondable creatividad por eso entre sus discípulos afortunados hay buena madera que continuará con sus enseñanzas. Tiene Catacaos una vieja deuda con el maestro. Muchas veces por el prurito enfermo de la envidia te olvidan y te ocultan. Mientras el esplendor de la trayectoria brilla con luz propia. Así lo sentimos en las galerías capitalinas. No es casual que, en Lima, hayamos escuchado esta frase con mucho acierto: “Aquino es Catacaos y Catacaos es Aquino”.

Piura, noviembre de 2025.

 

 

LOS CUENTOS PIURANOS DE HORACIO CUEVA BACA

 

Horacio Cueva Baca, autor de Cuentos Piuranos. Esta presente en las ferias del libro

Por: Miguel Godos Curay

Horacio Cueva Baca añade a su producción narrativa “Cuentos Piuranos” que se suman a “El perfil oculto de un ángel” (2010), “La guerra del fin año 2666”, “Vidas robadas” (2013), “Quimeras políticas” y “Violación” 2019. En plena pandemia sacó a la luz “Susurros indiscretos en el tiempo del Coronavirus” (2020) novela escrita en el encierro obligatorio y la angustia en carne viva que se expandió a nivel mundial. Para los lectores es ya un escritor conocido en las ferias del libro que pueblan parques y plazas. El está ahí presente.

En todas estas historias brota lo que Borges y Bioy Casares denominan  el tragicum principium et comicum finem , las peripecias arriesgadas y un desenlace en apariencia feliz que utilizaron para dar vida al guion de “El paraíso de los creyentes”. Piura, en buena cuenta, es el paraíso de los creyentes. Aquí habitan los aparecidos, historias repetidas de boca a oreja de tragedias con desenlaces inesperados. Rincones donde se incuba el miedo y la desesperación. Territorio poblado por chununos y chununas  (duendes)  que aparecen en rincones inhóspitos y tientan a las buenas mozas con sus silbidos. El antídoto eficaz -recomendado por las abuelas- es la inmundicia arrojada al perturbador con su encanto misterioso e inefable.

Igual sucede con los atributos mágicos del Cerro Pilan territorio estudiado por Anne Marie Hocquenghem con el hallazgo de precolombinos canales de riego sin el misterio fabulador creado por salteadores y abigeos. Ninguna de las expediciones esotéricas dio cuenta de un resultado. El cuento prosigue y se repite de boca oreja por furtivos buscadores de misterios y fabuladores ingenuos. La historia es un muñeco de paja sostenida por creyentes.

Los misterios abundan en Piura. Aquí el mismo diablo en corcel, aparecía por las estribaciones de los cerros de la Silla de Paita en donde hoy se extrae andalucita, un mineral y silicato refractario empleado en la fabricación de hornos de altas temperaturas. En Piura, el rincón favorito de don Sata era el jirón Torata. En donde los vecinos se santiguan tres veces. Hoy -según me advierten- muerde presupuestos en los municipios, universidades y el gobierno regional.

En Paita tan lleno de apariciones con la expansión de la luz eléctrica y los postes con diodos emisores de luz o luces Led   desparecieron casi todas. Desde “el mondongo”, “el pato” y “la cocha” que recorrían los callejones del puerto. Mi padre que enfilaba a su trabajo en la madrugada. Arrojaba un hato de aromáticas margaritas al mar. Hoy ha prosperado la brujería amatoria y propiciadora de riqueza en el reino de los pobres. Las “mesas”  y “amarres” son el negocio de farsantes que empapelan postes, paraderos y hasta los accesos a la universidad. Es la publicidad venenosa en el país de los cojudos.

Todavía existe el sortilegio amatorio de las fotografías y el agua de calzón para capturar de por vida a la persona amada y deseada. El agua de calzón rojo sotierra la voluntad. El de calzón negro anula a la competencia. Otras veces colocan fotografías de las rivales en tumbas de los cementerios. La gente se sublima con sus atormentadas pasiones. En Piura no hay casa que no tenga colgada, tras la puerta, una tijera de acero Solingen y su sábila con cinta roja para la envidia junto a la infaltable crucecita de palma de cuaresma. Se sahúma la casa con incienso o palo santo cuando se siente pesada cada viernes. Aunque para disimular es para correr a los zancudos. No falta en cada hogar un botellón de agua bendita que se esparce en cada rincón de la casa. Mi abuela daba agua bendita a su lora para que no diga malas palabras.

Piura, es el paraíso de los creyentes en el que Horacio Cueva Baca con el auspicio editorial de Librería Luján nos entrega una impecable edición ilustrada de Cuentos Piuranos (2024) como señala el editor textos en donde se resaltan las costumbres y la idiosincrasia del piurano. Este cuarto libro reúne tres historias: “El enigma de la niña de la chompa negra”, “La casa embrujada del malecón” y “El encanto de Juancho” escrita por Roberto Cueva Baca, hermano del autor. Los dos primeros relatos tienen como escenario la prodigiosa sierra piurana y el último las cuatro esquinas de Piura con sus misterios y fantasmagorías. Como señala su autor su propósito es deslumbrar con relatos de terror, magia y ficción.

El primer relato es una historia de camioneros que penetran por caminos culebreros poblados de niebla. Con la llovizna en la cara y el frío de la noche Mateo Aldana, el conductor del camión, se adentra por este territorio escarpado la noche del Día Difuntos.  Es en este trance misterioso, la aparición de una niña bañada de juventud envuelta en plena noche fría en una chompa negra. La niña subió al camión y en la conversa del camino dijo llamarse Juanita  y solamente tener 16 años. El camión   avanzaba con destino a Vista Florida un poblado cerca de Carrasquillo y Chulucanas.

En pleno trecho la niña señaló su casa y desapareció tras detenerse la lluvia. El amanecer lleno de luz era apoteósico pues en el día de difuntos todos concurren a los cementerios poblados de vendedores de roscas de muerto y angelitos. Aldana, conduce el timón con apremio y descubre furtivamente que Juanita había dejado, por olvido, su chompa negra. La que se le ocurrió devolver. En efecto, ubicó a la madre de Juanita. El estupor se apoderó de él cuando le dijeron que Juanita había fallecido hace tiempo.   Las aventuras de Aldana se completan con las de sus compañeros Juancho Corrales y Anastasio Julca que en la ocasión disfrutan de un buen aguardiente servido por el Teniente Gobernador, autoridad del pueblo. El relato se completa con el memorial inaudito de la niña de la chompa negra.

Recuerdo que hace una década retornaba con mis hijos a casa y en pleno trecho frente al Cementerio Metropolitano observamos una novia postrada en la puerta. El novio la contemplaba desde un rincón. Por supuesto, por mi curiosidad de reportero, pedí regresar para darme cuenta de la escena. Los pasajeros, presas de miedo, se opusieron con la firmeza de no querer contemplar una escena del más allá. En realidad, nuestro mayor temor son los vivos, los que roban lo que consideran tiene valor. Detestan los libros y los papeles. Un maletín que portaba lleno de exámenes me fue arrebatado pero lo arrojaron sin miramientos.  

La casa Embrujada, existe en el imaginario popular -en Sullana- su balconería permitía contemplar las aguas cananeas del Chira.  Ahí se comía opíparamente piqueos de carne y pescado, pródigos cebiches y se bebía cerveza helada. La súbita aparición del cólera estacionó el prodigio de la economía placentera y de pronto se dejó de saborear el pez extraído en las bahías de Paita, Sechura y Máncora. Los hospitales funcionaban con los pasillos atiborrados de centenares de pacientes sacudidos por los calambres y evacuaciones incontenibles. Un mal de la edad media sacudió los cimientos del norte del Perú.

En este escenario se viven inesperados acontecimientos. Los televisores cambian súbitamente de canal. Los personajes son actores del desafío, arma en mano, para jugar a la ruleta rusa con un desenlace sorprendente. Líneas posteriores se registra el idilio sin “cuota inicial” porque un imprevisto embarazo puede sucumbir con una fuga de tondero con resbalosa incluida. Todo acontece en el mundo de las penas y aparecidos en la misteriosa casa del malecón.

El último relato presenta una ficción abominable. En donde el protagonista combate cuerpo a cuerpo, con el minchulay. El mismo diablo que aterroriza con su presencia. Sostiene la creencia popular andina que el minchulay emerge del incesto y de las malas acciones. Durante las noches se oculta entre los higuerones en donde los pobladores temen mear. Cada cerro, cada piedra en la sierra tiene vida propia. Las simoras en las huertas “jacan” con sus poderes mágicos a los inadvertidos y curiosos.

Los Cuentos Piuranos son propicios para los lectores en busca de misterios que aún se mantienen en hogaño. Los relatos son amenos y en lenguaje sencillo para jóvenes lectores o para los audaces que vislumbran el más allá de los misterios desde el más acá a la vuelta de la esquina. Su autor Horacio Cueva Baca vecino de Pueblo Nuevo de Colán (Paita) tiene mucho que escribir en el paraíso de los creyentes que es esta Piura de suelos removidos por la reconstrucción.

sábado, 11 de octubre de 2025

GENERACIÓN Z: JUVENTUD Y PODER

Por: Miguel Godos Curay

Multitudinaria marcha de GZ  en Lima como respuesta a la impotencia del Ejecutivo frente
a la agresión criminal y la violencia en el país.

La contundente marcha de los jóvenes universitarios limeños de San Marcos, Villarreal, UNI, la Cantuta y la Pontificia Universidad Católica con la secuela de una desproporcionada represión policial fueron el detonante para la crisis política. Fue el desenlace que mandó a Dina Boluarte a su casa. Se suman a ello las declaraciones del entonces Ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC) César Sandoval emplazando al Cardenal Castillo Mattasoglio en defensa del gobierno.

El Cardenal Castillo en declaraciones a la prensa y refiriéndose a los jóvenes que tomaron las calles en señal de protesta, fue muy preciso frente a las desafortunadas declaraciones de los voceros del gobierno. “Aquí no hay terroristas, aquí hay personas con derechos, con dignidad. Y nuestros jóvenes, por más que sean llamados Generación Z, tienen mucho que decirle a la humanidad (…) Vamos a decir esperanza con Z”, dijo el cardenal peruano al referirse a esta bulliciosa y violenta toma de las calles de la capital

La Generación Z o “Gen Z”, versión peruana, está conformada por miles de jóvenes universitarios que desafían al poder político con sostenidas marchas de protesta dirigidas contra los visibles rostros de la corrupción política en el país. El gobierno no acierta en sus acciones y decisiones frente al crimen organizado. Se muestra por el contrario, indiferente e impotente frente a la arremetida de la extorsión criminal y la delincuencia. La Gen Z está conformada por jóvenes nacidos entre el 1995-2010 convertidos en protagonistas de marchas que toman las calles en diversos rincones del planeta. Es tal su unánime presencia que arrincona a los políticos corruptos que acaban arrinconados por las legítimas demandas ciudadanas.

En Nepal, la “Gen Z” logró derrocar, el 9 de septiembre, al primer ministro K.P. Sharma Oli, en menos de 48 horas, aunque con un alto precio: incendios y saqueos, y más de 70 muertos. En Lima, bastaron tres días de protestas para responder a los señalamientos de terrorismo de la presidenta. El repentino relevo presidencial es una consecuencia, con plazo indeterminado, si prosigue la indiferencia en las decisiones del congreso y el Ejecutivo. Las aguas, en aparente calma, de no cambiar la conducción política del país vislumbra una respuesta política contundente a nivel nacional. Ni los gobiernos locales, regionales y el propio Ejecutivo se libran de esta respuesta ciudadana.

En el país no se han resuelto los escándalos que responsabilizan a Boluarte por el uso excesivo de la fuerza, el enriquecimiento ilícito, el favorecimiento indebido, nepotismo y redes de corrupción a todo nivel. Otro punto de controversia es la reforma del sistema de pensiones que obliga a los jóvenes mayores de 18 años a afiliarse a una administradora de fondo de pensiones (AFP). Así como el exigir a los trabajadores independientes aportes obligatorios desde el 2028. La reforma, la Ley Nº32123 aún está pendiente. El desempleo juvenil es una cifra creciente en las estadísticas y la falta de oportunidades una respuesta ineficaz. Urge al gobierno colocar candados al nepotismo político en los municipios, gobiernos regionales y otras dependencias públicas en donde se debe asignar por ley cuotas laborales a los más calificados egresados de las universidades públicas.

En el escenario nacional. La gota que derramó el vaso fue el ataque armado, el último miércoles 8 de octubre, a los integrantes de Agua Marina, popular conjunto musical sechurano que brindaba un concierto en Chorrillos. Cuatro de sus integrantes fueron alcanzados por la ráfaga de metralla de una Uzi arma de guerra. Las facciones congresales que apoyaban a Boluarte le dieron la espalda y votaron unánimemente por la vacancia por “Incapacidad moral permanente” una figura jurídica reciente  que no deje indemnes a los partidos que la dejaron sin respaldo. Al final de acuerdo al mandato constitucional llevó al Presidente del Congreso José Jerí Oré a Palacio de Gobierno. Jerí Oré no escapa a esta serial de acusaciones por conducta impropia.

Es de advertir que la Gen Z conformada por nativos digitales es una potente red de redes no despolitizada que opera en permanente comunicación. Ahí nadie manda pues todos tienen capacidad de convocatoria.  Frente a la caída de los tirajes de los diarios y la acomedida y graciosa concesión de la radio y televisión con el gobierno son un potente medio de opinión y crítica. Los jóvenes de la Gen Z sin la acostumbrada mermelada de los medios digitales sumisos han redefinido su participación en la esfera pública. No tienen interés ni son adeptos de los partidos tradicionales, detestan la militancia rígida, repudian las militancias  y señalan en todo lugar las incongruencias políticas. Sus explicaciones ideológicas no se inclinan ni a la izquierda ni a la derecha. Ni tienen disposición para seguir candidatos ni viven de la obediencia política. La desobediencia radical es su razón de ser. Sus canales de expresión son muy espontáneos y claros en señalar las fracturas de una sociedad corrupta ante la que se invisibilizan los problemas.

Se trata de una novedosa forma de comunicarse y expresarse. Son jóvenes que han descubierto el poder de la tecnología en sus manos y les permite empoderarse frente a los múltiples rostros de la insolvencia moral, la corrupción, la manipulación ideológica y el viejo orden de repartijas y conveniencias. Frente a los viejas y anquilosadas formas de uso y abuso del poder oponen la denuncia certera y sin censuras utilizando las dinámicas de las redes sociales hasta que las manzanas podridas caigan. La indignación rabiosa de ayer se ha convertido en un inocultable emplazamiento público de los administradores del poder.

Desde esta perspectiva el joven que utiliza su dispositivo para divulgar contenidos risibles es un tonto útil frente a aquel que sintoniza sus reclamos y reorienta sus demandas y emociones a un cambio urgente y necesario. El cuestionamiento y la rebeldía brotan en las redes a través de la imagen y la palabra. Esta forma de comunicar es creativa y vigorosa. Dura y fuerte como una potente pedrada pero muy sensible como la flor de loto diría Lennon. Los Z se expanden por el mundo. Son una reacción incontenible con grandes movilizaciones en Kenia, Indonesia, Nepal, Filipinas y, Madagascar, uno de los países más pobres de África. Aquí tomó las calles como reacción ante los constantes cortes de agua y luz, que afectaban a poblaciones enteras y sobre todo a los jóvenes. Piura y el Perú no son la excepción.